¿Qué podría ser peor que un niño quemado con agua caliente?, Un niño pequeño fue quemado con un bote de mermelada caliente, la cual había sido calentada a una temperatura de 220 grados Fahrenheit.

Mohammed Daadua, de tres años y medio de edad, estaba jugando afuera mientras que su padre estaba preparando un batido de 13 galones de mermelada de uva, en el pueblo de Alhader, cerca de Bethlehem. Cuando su padre se retiró un momento para ir a decir sus oraciones, rodeó el bote de mermelada con dos sillas y una mesa.

Para el niño pequeño, los muebles parecían ser un reto, no un obstáculo. Mohammed cayó dentro de la olla donde se cocinaba la mermelada. Sus ropas se pegaron a su cuerpo. El niño continuó quemándose, su respiración se fue haciendo cada vez más difícil. Mohammed fue llevado a toda velocidad a una clínica de salud cerca de Beit Jala, sin embargo, las enfermeras ahí lo enviaron directamente a un hospital en Nabilus.

“Los doctores nos dijeron que el niño no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir”, relató Yaasin, padre de Mohammed. “Dijeron que debíamos comenzar a excavar su tumba”.

El reloj estaba corriendo sobre la vida de Mohammed, mientras que su piel seguía quemándose. A veces se dice, que para ocasiones en las que no hay más esperanza, se encuentra el Centro Médico Hadassah.

Las llamadas telefónicas iban y venían. El Dr. Jacques Braun, jefe de la unidad de cuidados intensivos de Pediatría, aviso que en Hadassah había lugar para recibir al niño y con mucho gusto se harían cargo de su caso . El Profesor Yoram Weiss, Director del Hospital de Hadassah Ein Kerem contactó a las autoridades civiles locales. Dalia Bassa, coordinadora de requisitos y solicitudes médicas para la autoridad civil, dio aprobación y permiso y las Fuerzas de Defensa de Israel transportaron a Mohammed en dirección a Hadassah en una ambulancia militar de cuidados intensivos.

“Estábamos desesperados” recuerda el señor Daadua, “sin embargo cuando vimos al personal de Hadassah esperándonos, tuvimos nuestro primer rayo de esperanza.”

“Mohammed llego al hospital con un ritmo cardíaco muy bajo y casi sin presión arterial, deshidratado y con hipotermia” relata el Dr. Yonaton Elia del departamento de Cirugía Plástica de Hadassah. El Dr. Elia estuvo involucrado en el transporte de Mohammed y se encontraba entre el personal que estaba esperando a Mohammed y a su familia en la Unidad de Shok y Trauma dentro del Centro Judy y Sidney Swartz de Medicina de Emergencia.

“El niño llego con un 100 porciento de quemaduras de segundo y tercer grado” informa en Dr. Braun. “Tenemos mucha experiencia en el tratamiento de quemaduras y afortunadamente, tenemos mucho éxito. Por supuesto, tenemos que combatir la infección dentro de todas las etapas.”

Mohammed, quien permaneció dentro de las unidades de cuidados intensivos de Hadassah por varios meses, ha recibido cinco injertos de piel. Los primeros injertos que recibió de parte de un banco de piel son temporales, explica el Dr. Braun. Mientras que la piel propia del niño vuelve a crecer, los injertos se toman de una porción pequeña de piel, utilizados en áreas muy afectadas.

Según el Doctor Braun “Cuando la piel de Mohammed se cure, tendrá que someterse a sesiones de terapia física que le ayuden a recuperar el movimiento,” “sin embargo, somos optimistas. Tenemos toda la confianza para creer que Mohammed va a recuperarse y ser capaz de reintegrarse de vuelta a su vida naturalmente.”