Estaba en casa en el Kibbutz Tzorah cuando empezó mi dolor en el pecho. Estoy muy agradecido de que mi esposa insistió en que nos fuéramos al centro Kupat Cholim. Me hicieron un electrocardiograma, e inmediatamente llamaron a una ambulancia para llevarme al Hospital Hadassah, ya que con las estas, especialmente equipadas, y el equipo médico eléctrico de Hadassah, el tratamiento para mi corazón comenzó en el momento que la ambulancia llegó.
Durante los 30 minutos de camino me dieron una infusión de medicamentos trombolíticos. Los paramédicos de la ambulancia mandaron desde su celular una copia del electrocardiograma que me realizaron en el camino. Al ver los resultados, los médicos decidieron llevarme directo al laboratorio de cateterismo. Cuando llegué al hospital todo estaba preparado y el cardiólogo estaba listo para operarme de inmediato. ¡Ni siquiera pasé por urgencias! Fui el beneficiario de un proceso que comenzó en Hadassah que ha salvado millones de vidas durante el paso de los años.
Fue después que conocí los detalles acerca de la investigación y protocolo del tratamiento de Hadassah que salvó mi vida. En los 80, los investigadores de Hadassah formaban parte de un grupo que mostró que en ataques cardíacos, un coágulo de sangre (trombo), obstruye la arteria coronaria. Hadassah fue el primer hospital del mundo en iniciar la práctica de disolver trombos con estreptoquinasa.
Cuando las tasas de mortalidad disminuyeron drásticamente con el uso de medicamentos trombolíticos, Hadassah introdujo el concepto de comenzar el procedimiento lo antes posible, es decir, mientras el paciente está en la ambulancia. Ellos ofrecieron entrenamientos especiales y equipo para RCP en las ambulancias.
Dándose cuenta de que para salvar el corazón de un paciente es crucial llevarlo al laboratorio de cateterización lo antes posible, Hadassah perfeccionó el protocolo, haciendo que se trajera directamente de la ambulancia al laboratorio de cateterización. De esta forma, puede transcurrir menos de una hora desde que el paciente experimenta dolor, al momento de que el cardiólogo opera. Como resultado las tasas de mortalidad disminuyen cada vez más y el daño del músculo cardíaco es mínimo.
La mortalidad de insuficiencia cardíaca en Jerusalén es notablemente menor que en otras partes de Israel, gracias a los procedimientos de Hadassah. La tasa de mortalidad de ataques cardíacos solía estar entre 15% y 20%. Con los medicamentos y cateterización ha bajado a 2.5% en Hadassah.
Sigo atendiendo, de manera periódica, la Unidad de Rehabilitación Cardíaca, llamada O2, la cual está en el edificio Rickliss en Hadassah Har Hatzofim (Monte Scopus). No puedo explicar lo maravilloso que ha sido el tratamiento que he recibido.
El personal ha sido sumamente dedicado y comprensivo. Incluso durante el periodo de febrero, en el que hubo una huelga en Hadassah, el hospital estuvo abierto y con el personal completo.
Muchas gracias Hadassah. Gracias a ustedes, he recibido el regalo de poder disfrutar de mis nietos por muchos años más.
Errol Sapir.
Kibutz Tzorah