Lo que comenzó en los pasillos del Centro de Rehabilitación Gandel del Hospital Hadassah Monte Scopus —entre Avital, un joven voluntario del Servicio Nacional, y el Sargento Yehuda, un soldado gravemente herido— floreció en una historia de amor que conmovió a todo el equipo médico.

Un Centro de Sanación y Esperanza
El GRC se creó para ayudar a los pacientes a recuperar las capacidades perdidas y a volver a la vida fortalecidos. Desde su rápida apertura durante la guerra, más de 2000 civiles y soldados han recibido rehabilitación intensiva, que incluye fisioterapia, terapia ocupacional, hidroterapia, logopedia, apoyo psicológico y medicina complementaria.

Yehuda, un soldado de las Fuerzas de Defensa de Israel de 22 años procedente de Jerusalén, acudió al GRC tras sufrir quemaduras graves durante una operación en Gaza. «Entramos en un edificio lleno de explosivos», recuerda. «Cuando el artefacto detonó, me desplomé al instante; todo estaba en llamas». Yehuda sufrió quemaduras en brazos, rostro y pierna, una lesión en la cabeza y perdió el conocimiento antes de ser rescatado por un compañero. Tras recibir tratamiento inicial en el Hospital Hadassah-Ein Kerem, Yehuda fue trasladado al Monte Scopus para su rehabilitación.

El camino hacia la recuperación
La Dra. Sheer Shabbat, especialista sénior en medicina física y rehabilitación del GRC, explica que la recuperación de Yehuda se centró en la cicatrización de heridas, el control del dolor y la recuperación de la movilidad básica. La terapia ocupacional fue clave, ya que le ayudó a reaprender tareas cotidianas, como vestirse, bañarse y cocinar, a través de entornos simulados como un apartamento, un supermercado e incluso un simulador de conducción.

Un encuentro casual
Avital Schmeltz, de 21 años, emigró de Estados Unidos en 2023 y se ofreció como voluntaria para el Servicio Nacional, ayudando a los evacuados de Gaza y las regiones fronterizas del norte antes de unirse a la Unidad de Terapia Ocupacional del Hospital Hadassah. «Al principio estaba nerviosa, pero conecté con el personal y sentí que estaba generando un impacto», comenta.

Entre los pacientes se encontraba Yehuda. Su primer encuentro fue casual, pero las conversaciones se alargaron y se forjó un vínculo. «Lo que comenzó en los pasillos del hospital se convirtió en una historia que conmovió a todos», comparte Avital. Sus valores compartidos profundizaron la conexión: Yehuda se sorprendió al descubrir que Avital era religioso, y la curiosidad se convirtió en amistad.

De la amistad al amor
Mientras Yehuda se preparaba para el alta, le preguntó a Avital si podían seguir en contacto. «Al principio me asusté», admite ella, pero luego le escribió. Una cita dio lugar a muchas, y pronto el matrimonio estaba a la vista. «Me di cuenta de que él era el indicado; me hace reír y me siento segura con él», dice Avital. Después de cinco meses de noviazgo, se comprometieron, lo que trajo alegría a sus familias y al equipo de Hadassah.

Un nuevo capítulo
Hoy, Yehuda ha recuperado completamente su función y planea trabajar en carpintería. Avital reflexiona: «Ahora vuelvo al departamento como esposa de un antiguo paciente; es muy especial». El Dr. Shabbat, quien asistió a su boda, describe su historia como inspiradora: «Avital es cálido y dedicado, y Yehuda es realmente el mejor de nuestro país».

A veces, lo que parece un revés se convierte en una bendición. Para Yehuda y Avital, la rehabilitación no fue solo una cuestión de sanación; fue el comienzo de un viaje juntos para toda la vida.