Cuando el adolescente Hanan entró en la sala de emergencias del Hospital Hadassah Ein Kerem, el personal se sorprendió al ver una luz roja que literalmente parpadeaba debajo de la piel de su muñeca cada pocos segundos.

Hay solo unos pocos casos registrados en todo el mundo de esta afección médica, conocida como signo de Quincke, informa el cirujano ortopédico de mano de Hadassah, el Dr. Shai Luria. Explica que el paciente se había tratado a sí mismo con antibióticos tópicos y esteroides después de recibir una quemadura de segundo grado. Desarrolló dermatitis de contacto, seguida de celulitis. «Una simple quemadura y sarpullido habían convertido el pulso de Hanan en esta forma de luz», relata el Dr. Luria. Los antibióticos, que normalmente se utilizan para tratar la celulitis, solucionaron el problema.

Al informar sobre este caso en The Journal of Bone and Joint Surgery, el Dr. Luria y sus colegas de Hadassah relatan que el «efecto de parpadeo» es el resultado de los vasos sanguíneos dilatados de la persona que pulsan en un área inflamada debajo de la piel.

 

Pie de foto: Hadassah Mount Scopus ER, unidad de trauma y choque.