Después de una reunión de negocios en la que se expusieron los éxitos alcanzados durante el año pasado y se habló sobre los planes que se pretenden para el futuro (incluyendo una campaña para reunir fondos programada para el 13 de noviembre del 2016), la audiencia integrada por 35 miembros de la Junta Anual General de Hadassah Nueva Zelanda tuvieron el privilegio de escuchar a Naomi Meltzer hablar sobre el tema de cómo se tratan los problemas de visión baja dentro de Hadassah.

Durante el mes de septiembre, Naomi Meltzer fue acreedora de la beca Valda Knight otorgada por Hadassah Nueva Zelanda para ayudar a un profesional de la medicina de Nueva Zelanda en el tema de problemas de visión en Israel desempeñando dicho estudio en Hadassah Jerusalén.

Naomi comparte aquí algunas de sus experiencias:

Viniendo de Nueva Zelanda al Hospital Hadassah en Jerusalén en septiembre del año pasado, tenía en mente encontrarme policías armados en cada una de las entradas del hospital revisando maletas, identificaciones y sobretodo cuestionándome… La seguridad para mi sorpresa, no fue nada. Me fue más complicado encontrar la entrada.

Cuando te encuentras en camino hacia el segundo piso del edificio principal y el autobús te ha dejado en un punto en el que es difícil de saber en donde se encuentra la entrada al edificio, se convierte en un verdadero desafío. El Hospital Hadassah es un Campus muy grande en las afueras de Jerusalén.

El Instituto Michaelson es esencialmente un hospital multidisciplinario especializado en problemas de baja visión. El personal está integrado por oftalmólogos, Optometristas, un trabajador social, un consultor en genética y un rehabilitador profesional. Hadassah es un hospital de docencia en el que todos los estudiantes de medicina especialmente los que se especializan en Oftalmología deben asistir a sesiones en las que se imparten cursos orientados en problemas de baja visión. Las enseñanzas que se imparten en las clínicas se llevan a cabo mezclando los idiomas hebreo, árabe e inglés. Afortunadamente, en lugar de tablas de letras utilizaban tablas con números y fui capaz de aprender los números en hebreo rápidamente.

Israel, aunque no es un país rico, cuenta con un sistema de bienestar social para las personas con problemas visuales y ceguera el cual se fundamenta en las necesidades de las personas tanto visual como financieramente hablando. Personas que padecen de problemas visuales severos, reciben el más alto apoyo de bienestar social. Sin embargo personas con problemas visuales entre los 6/12 y 6/120 o menos de 20 grados visuales incluyendo hemianopsia homónima reciben un subsidio representativo de parte del gobierno que cubre entre el 50 y el 90% de los gastos de consulta y los aparatos necesarios para los problemas visuales, dependiendo de su presupuesto.

La tecnología que más me interesó fue la que se relaciona con las gafas israelíes Orcam para personas con significativa pérdida visual. Este es un dispositivo que se monta en la cabeza y se usa mediante un transmisor atado a un cinturón o en una mochila en donde pueda cargarse y se conecta a uno de los dedos de la mano de las personas. El dispositivo reconoce objetos a través de una cámara inteligente y es capaz de hablar a través de un mini auricular. Se activa al dirigir la cámara hacia un texto o producto o al presionar un botón mientras se apunta hacia algún texto/ producto/ rostro.

Estas dos opciones aseguran que incluso una persona ciega sea capaz de utilizar el dispositivo. Sin embargo los profesionales admiten que el aparato no es fácil de usar para cualquiera y que las personas que lo utilicen requieren de entrenamiento. También admiten que cuanto mejor sea la visión, más fácil resulta aprender a usarlas lo cual según especialistas de Hadassah consideran que las personas que tienen mejor visión optarían por usar un dispositivo más barato y con tecnología más fácil de usar.

Conoce más sobre la experiencia de Naomi en Israel: NZ-Low Vision at Hadassah.