Shira Klein, de 23 años y graduada de psicología en la Universidad Hebrea, estaba sentada en una banca de la parada de camiones en Jerusalén, platicando con su novio Yochai, cuando un hombre que “buscaba matar judíos” estrelló su coche contra ellos, en Yom Hashoa.
Yochai se lanzó en frente de Shira; él murió. Ella resultó gravemente herida y la llevaron al Centro de Emergencia de Medicina Judy y Sidney Swartz del Centro Médico Hadassah.
Poco antes de que perpetrara el ataque, Khaled Koutineh del pueblo de Anata, había visitado a sus padres en Sheik Jarach, el lugar donde fue el ataque del Convoy del Hospital Hadassah el 13 de abril de 1948. Los abuelos de Shira son sobrevivientes del Holocausto; su madre es guía de los viajes a Polonia.
Cuando Shira llegó a la Unidad de Trauma de Hadassah, los especialistas de ortopedia de Hadassah estabilizaron su espalda y cuello. Cuando terminaron su trabajo movieron a Shira a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde la estaban manteniendo estable hasta que pudo empezar a respirar por sí sola.
A principios de la semana, Shira fue transferida a la Unidad de Ortopedia, en el quinto piso de la Torre Sarah Wetsman Davidson. Con su familia a su alrededor, ella decidió ver el video policiaco del ataque.
“No recuerdo nada. Todo sucedió tan rápido que seguramente perdí la consciencia de inmediato. Estoy muy agradecida con el equipo de Hadassah por haberme cuidado tan bien y por haber salvado mi vida”.
“Tener un cuarto privado en la torre hizo mucha diferencia en mi recuperación. Mi familia, mi gemela y mis otros cinco hermanos, estuvieron conmigo para apoyarme; todas las noches alguien dormía a mi lado”, dijo Shira.
Dos semanas después del ataque, Shira dejó su cuarto y salió caminando por sí sola.