Activa e independiente, haciendo sus compras personales y cocinando al mismo tiempo del trabajo voluntario en el West Bank city de Bethlehem, María de 82 años colapsó de repente por no tomar su anticoagulante para prepararse ante una cirugía dental.
María perdió la conciencia y la habilidad para mover la mayoría de su cuerpo. Cuando el equipo de ambulancia buscó un hospital local que la aceptara, su respuesta fue que no tenían el espacio para ayudarla. Después hablaron al Centro Médico Hadassah, “no decimos no”, contestó el Prof. José Cohen, cabeza del Centro Médico Endovascular de la Unidad de Neurocirugía de Hadassah. “Les dije que la trajeran inmediatamente”.
Eran las 11:00 pm cuando el Prof. Cohen recibió la llamada en su casa. En el momento en que la ambulancia entró por las puertas del campus de Hadassah, el Prof. Cohen estaba en su bata médica verde y sus crocs, listo para operar.
“La verdad es que María está en una edad en la que la mayoría de los centros no intentaría hacerle un procedimiento para salvar su vida”, explicó. “Para salvar vidas, movemos protocolos cuando podemos. Esto es una tradición de Hadassah. Ésta era una mujer totalmente independiente hasta el momento que fue al dentista. Sabes lo que dicen, los 80 son los nuevos 60. Esto no es completamente cierto desde un punto de vista médico, pero desde la descripción de su estilo de vida, ella no sonaba vieja. Estaba claro que si no tratábamos, ella se iba a morir, or en el mejor escenario, quedar en un estado vegetal”.
La ecografía de María revelaba un coágulo grande bloqueando su arteria izquierda. Ella habría tenido que someterse a una anestesia general y una trombectomía para quitar el coágulo. “Usamos para deshacer los coágulos un método de presión”, explicó el Prof. Cohen. “Después cuidadosamente removemos el coágulo tomándolo con una cánula especial y sacándolo.”
María entró al procedimiento a las 11:30 pm; 43 minutos después, el procedimiento para salvar su vida había concluido. La mañana siguiente, María estaba de pie, caminando y sintiéndose bien. Estaba confundida, sin embargo, porque no recordaba que algo le hubiera pasado y se encontraba en el hospital. “Nunca sabrá lo cerca que estuvo de la muerte”, notó el Prof. Cohen. “tal vez es bueno. Está como nueva, excepto que no se ha podido arreglar su diente”.