Vestido en bata de hospital, un paciente en silla de ruedas que padeció de cáncer de linfoma, se acerca al gran piano del Centro Médico Hadassah en la Torre del Hospital Sara Wetsman Davidson y comienza a llenar el auditorio con música.

En los días que estuvo internado en el hospital, se le hizo costumbre de tocar el piano a diario, en aquel tiempo, se dio cuenta del el beneficios que su música le hacía a otros pacientes y al personal del hospital, por lo que se prometió a sí mismo que si sobrevivía, daría 100 conciertos para el hospital y para diferentes eventos de caridad.

Hoy, después de tres años en remisión, Michael Pasikov ha dado alrededor de 70 conciertos. “La vida no se trata de hacer planes a futuro, la vida se crea día a día caminando hacia delante disfrutando y valorando el regalo que se nos dio.”