Llegar a Israel siempre es un shock.
Desde el momento que estábamos por abordar nuestro vuelo de El Al en el aeropuerto de Bangkok, sentí que estaba bajo sospecha. Me imagino que tener un nombre como Christina Caddy no ayuda.

Llegue al hotel Iqbal y fue increíble, tenían todas las facilidades que pudieras imaginar para una conferencia o una vacación, incluyendo un desayuno como ningún otro.

Desde la primera noche me invitaron a cenar con el personal, me sentí sumergida en Hadassah. Rápidamente me di cuenta que estaba en un cuarto con gente de un libre muy alto, sumamente educados, amigables y cálidos; gente que está comprometida con el Centro Médico Hadassah y comprometidos con hacer una diferencia.

Pensé que a lo mejor había encontrado un lugar al que podía llamar casa.

La siguiente mañana, cuando comenzó la conferencia y donde casi todos dijeron que sus mayores logros han sido sus parejas e hijos y el éxito que han tenido en ayudar a otros, ahí fue cuando me di cuenta que estaba con mi gente.

A partir de ahí el aprendizaje fue rápido. Escuchando a los demás, sus métodos, viendo los esfuerzos que han hecho, escuchando sus metas y estrategias para el próximo año; todo esto me inspiró mucho.

Después, todo hizo sentido cuando conocimos a la Dra. Osnat Lev-Zion, Directora de Hadassah Monte Scopus y al Prof. Bitam Kerem, Director del Departamento de Pediatría en el Centro Médico Hadassah. Verdaderamente sentí que había un lugar para nosotros en el Centro Médico Hadassah y que tengamos un trabajo que hacer para mejorar la experiencia de hospital. Era un trabajo importante, el hospital dependía de nosotros para sobrevivir.

Sin embargo, para mí el verdadero momento de inspiración fue cuando nos dieron un paseo por el hospital, donde vi cómo un niño de cuatro años le ayudaba a una enfermera a que se inyectara con quimioterapia. Ya era una “niña grande” y lo podía hacer por sí sola tres veces por semana.

Vi a un niño palestino compartiendo un cuarto con un niño judío ortodoxo; ambos en la cama. No había necesidad para un puente de paz aquí, pues todos estaban en él y sus familias se habían olvidado de juzgar. Claramente la enfermedad era el enemigo en ese cuarto.

Vi el cuarto familiar lleno de gente de todo el mundo, compartiendo comida de sus casas, platicando, viviendo y viendo televisión.

En la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos  estaba maravillada con el equipo que se utiliza para atender a los bebés y me sentí orgullosa de saber que el 95% de los bebés que están vivos es gracias a este equipo, mucho de ellos palestinos.

Alguien dijo en el camino que la cosa más judía que un judío puede hacer es ayudar a un palestino, y eso era evidente aquí.

En la sala de psiquiatría de adolescentes estaba asombrada de ver el sistema de cuidado que ofrecen durante el día el cual atiende cuatro veces por semana a los adecentes que padecen de desordenes alimenticios y ansiedad. Esta es una dedicación fenomenal que permite que ellos también puedan ir a la escuela y llevar una vida funcional mientras se recuperan.

Claro, los vitrales de Chagall son hermosos y fascinantes, y un elemento muy representativo del hospital, pero más increíble es la lista de los cientos de nombres que está afuera de la sinagoga de las personas que han donado $100,000 o más. Hadassah es amado por gente de todo el mundo.

Las salas de operación subterráneas te hacen sentir como si te transportaron al espacio, otra vez me sentí orgullosa de los logros de Hadassah y su equipo, pero un poco frustrada de que no se pueden utilizar por falta de equipamiento.

Puedo seguir hablando, pero en general mis sentimientos fueron fascinación y orgullo, me sentí muy orgullosa de ser una de las elegidas para trabajar en conseguir las metas y objetivos de Hadassah para hacerlo todavía un mejor lugar de lo que ya es.

Cada persona de cada país es única y lo que me quedó claro en la conferencia es que no existe el bien o el mal, el bueno o el mejor. Realmente no importa que método se utilice para juntar fondos siempre y cuando tu corazón sea puro y tu objetivo sea hacer el bien. Existen varias formar para crear conciencia, mucho proyectos, varias estrategias, pero todas trabajan en conjunto.

Fue una aventura maravillosa para mí y me emociona venir el próximo año con mucho éxito para compartir con los demás para que así Hadassah pueda crecer y continuar ofreciendo el servicio excepcional por el cual se le conoce.

Christina Caddy-Gold