Motivada por el sufrimiento y las heridas de la guerra, la Organización Médica Hadassah ha estado ampliando las fronteras de la atención al paciente, particularmente en el área de la ortopedia.

“Todos sabemos que la medicina personalizada es un tema de actualidad”, dice el profesor Meir Liebergall, director saliente de ortopedia y rehabilitación espinal de Hadassah. Pero hasta ahora, “eso se ha hecho principalmente en el área de la atención tumoral”. Sin embargo, a través de su uso innovador de la nueva tecnología 3D, el profesor Liebergall y sus colegas han sido pioneros en un nuevo campo: la ortopedia personalizada.

“Nuestro mundo en ortopedia gira en torno a la imagen”, explica el profesor Liebergall, “desde el diagnóstico, la planificación, la ejecución, la evaluación y la rehabilitación”. Por lo tanto, él y su equipo utilizan imágenes 3D avanzadas para determinar con precisión lo que se debe hacer para reparar una herida, lo que permite el tratamiento personalizado y preciso que necesita el paciente lesionado.

El profesor Liebergall contó la historia de un soldado que había recibido un disparo en el pie, y la bala le había destrozado un pequeño hueso del tobillo. Para reparar esta lesión potencialmente paralizante, el equipo de Hadassah utilizó su tobillo sano como plantilla, creando una imagen reflejada que ilustraba con precisión la forma y las dimensiones del hueso faltante.

“La parte faltante puede parecer pequeña, pero sin ella, el soldado no podría caminar”, explica el profesor Liebergall. “Sin embargo, gracias a esta tecnología, sabíamos lo que teníamos que hacer para ayudarlo a volver a la actividad normal. Imprimimos en 3D la parte faltante en titanio, preparando un implante específico para el paciente”.

A pesar de lo innovadora que fue la cirugía, no fue el final de la historia. Tener el entorno de rehabilitación adecuado fue clave.

“Al soldado no se le permitió apoyar su peso sobre el tobillo durante al menos dos meses”, explica el profesor Liebergall. En una instalación moderna como el Centro de Rehabilitación Gandel, sin embargo, “tenemos la capacidad de simular la marcha con un equipo antigravedad”.

La combinación de tecnología 3D e instalaciones de rehabilitación de última generación tuvo el efecto deseado. “Tres meses después, vuelve a caminar”, afirma el profesor Liebergall. “Para cualquiera que sepa lo difícil que es la recuperación del tobillo, este es un caso único”.

“Necesitamos más de eso”, continúa el profesor, subrayando el vínculo entre las técnicas ortopédicas pioneras de su equipo y el enfoque visionario del Centro de Rehabilitación Gandel para la recuperación posoperatoria del paciente.

“Hasta ahora, solo hemos logrado abrir dos pisos y medio” en el nuevo centro, concluye el profesor. “Necesitamos abrirlos todos.