FOTO: Gavriel Avitan (segundo a la izquierda) con el Prof. Uri Wald (izquierda) y los Dres. Ohad Einav (segundo a la derecha) y Gal Barkay (derecha), parte del equipo de Hadassah que ayudó a Gavriel, de 59 años, a recuperarse.

 

Hace apenas un año, Gavriel Avitan, de 59 años y padre de ocho hijos, llevaba una vida activa y saludable. De repente, sin previo aviso, comenzó a perder sensibilidad en las piernas. Durante los meses siguientes, sus síntomas empeoraron: arrastraba los pies, repetidas caídas y pérdida total de sensibilidad. Sin embargo, todas las pruebas dieron resultados normales. Un médico incluso sugirió que el estrés podría ser el culpable.

Todo cambió después de que una resonancia magnética crucial revelara la verdadera causa: un tumor poco común en el pecho de Gavriel había invadido su columna vertebral, causándole parálisis en las piernas.

Cuando el Prof. Josh Schroeder, jefe de la Unidad de Cirugía de Columna de Hadassah, revisó el caso de Gavriel, comprendió de inmediato la urgencia. En cuestión de horas, reunió a un equipo multidisciplinario para llevar a cabo lo que sería una operación poco común y de alto riesgo.

“Tras una conversación exhaustiva con el equipo, decidimos optar por un plan quirúrgico en dos etapas”, explica el Dr. Ohad Einav, médico jefe de la Unidad de Cirugía de Columna. “Primero, cirugía de columna para separar el tumor de la médula espinal y preservar la función motora; segundo, cirugía torácica para extirpar el tumor de gran tamaño del tórax”.

El primer procedimiento, dirigido por el Dr. Einav junto con el Dr. Gal Barkay y la Dra. Alexandra Satanovsky, utilizó tecnología robótica avanzada para separar delicadamente el tumor de la médula espinal, extirpar parcialmente las costillas, estabilizar la columna y reconstruir una vértebra.

Días después, el Prof. Uzi Izhar y el Prof. Ori Wald, de la Unidad de Cirugía Torácica, extirparon con éxito el tumor por completo de la cavidad torácica de Gavriel.

Apenas unas semanas después de enfrentarse a la posibilidad de una parálisis permanente, Gavriel salió de Hadassah por sus propios medios.

“El equipo que me operó es realmente un ángel”, dice Gavriel. “Me devolvieron la capacidad de caminar. Mi vida ha cambiado por completo: sin bastón ni ayuda, solo puedo volver a caminar”.