Hadassah Australia organizó con orgullo un exclusivo evento In Conversation que puso de relieve la innovación médica, la atención compasiva y el impacto global del trabajo pionero de Hadassah. La velada contó con la participación de dos distinguidas invitadas provenientes de Israel, cuyos aportes iluminaron tanto los desafíos como los extraordinarios avances en oncología.
Tuvimos el honor de recibir a la profesora Shani Paluch-Shimon, directora de Oncología Mamaria del Instituto Sharett de Oncología de Hadassah y oriunda de Melbourne. Reconocida internacionalmente como una autoridad en el cuidado e investigación del cáncer de mama, la profesora Paluch-Shimon es líder mundial en cáncer de mama hereditario, cáncer de mama en mujeres jóvenes y en el desarrollo de tratamientos personalizados que empoderan a las mujeres mediante el conocimiento y la capacidad de elección.
La conversación fue guiada por Maayan Hoffman, editora en jefe de ILTV News. Con precisión periodística y un profundo entendimiento de la sociedad israelí y de los sistemas de salud, Maayan planteó preguntas reflexivas y abrió una ventana al papel único de Hadassah en el avance de la atención médica.
Uno de los temas centrales de la noche fue la equidad en salud. La profesora Paluch-Shimon destacó las persistentes disparidades en el acceso a la detección temprana y a diagnósticos avanzados, especialmente entre las poblaciones ultraortodoxas y árabes. La Organización Médica Hadassah, ubicada en la ciudad más grande, más pobre y culturalmente más diversa de Israel, se encuentra en una posición única para abordar estas inequidades.
La investigación es un pilar fundamental de la misión de Hadassah, con avances como la tecnología de organoides, que permite a los científicos cultivar versiones en miniatura del tumor de un paciente en el laboratorio para probar terapias y estudiar su comportamiento biológico. Este enfoque acelera el descubrimiento y ayuda a los médicos a predecir qué tratamientos serán más eficaces. La profesora Paluch-Shimon también habló del campus de Hadassah como un microcosmos de convivencia, donde médicos, enfermeras y pacientes de todos los orígenes trabajan juntos, un recordatorio cotidiano de esperanza en un momento desafiante para Israel.







