Nina, una mujer ucraniana de 76 años, se vio obligada a huir de su hogar en Zhytomyr para poder sobrevivir. No quería salir de su casa, pero cuando los bombardeos se hicieron muy frecuentes y uno de los cohetes explotó no muy lejos de su casa, se dio cuenta de que no le quedaba nada más que hacer que tratar de salir de Zhytomyr.
Otros residentes de Zhytomyr que también huían del bombardeo sacaron a Nina de la ciudad en su automóvil. La llevaron a la frontera polaca y Nina terminó en el centro de refugiados, creado en un antiguo centro comercial. Nina sufría de un fuerte dolor de espalda, que había empeorado después del largo viaje sin parar en un auto lleno de gente.
Cuando un miembro de la misión humanitaria de la Organización Médica Hadassah le preguntó a dónde iría después, Nina respondió que iría a Praga. En Praga, Nina será recibida por la familia de la amiga de su hija, una familia a la que nunca había conocido y de la que no sabía nada hasta ahora.
Nina tampoco había estado nunca antes en Praga. Ella espera algún día regresar a su hogar en Zhytomyr, si es que queda algo de él.